Noticias

La participación comunitaria en los procesos formativos garantiza una educación de calidad

Compartir en:

Categorías

Categorías:

Fecha: 
25 Abril, 2017

Fuente:

Autor: 
Jaime Tapia Portugal

Uno de los desafíos de la formación técnica se constituye en la necesidad de que las comunidades se apropien de las experiencias educativas y compartan acciones, con la finalidad de potenciar las prácticas productivas a favor de las poblaciones, como también para que los aprendizajes de los participantes se irradien más allá de los espacios formativos. En este sentido, con la finalidad de contribuir a brindar mejores condiciones de vida a los bolivianos(as) de áreas rurales, empoderándolos por medio de una educación integral y liberadora; el proyecto de Formación técnica profesional que ejecuta la Comisión Episcopal de Educación (CEE), viene impulsando el trabajo en 19 Centros de formación y de capacitación técnica y promoviendo el desarrollo de ofertas pertinentes a las necesidades de las personas.

En miras a construir procesos de articulación con el entorno de los Centros educativos, que permitan impulsar el desarrollo de una educación de calidad en consonancia con las demandas de la propia comunidad, se promovió un trabajo de articulación con los diferentes actores comunales, a través de procesos comunicacionales y de gobernabilidad,  que permitan generar un modelo  de trabajo comunitario productivo mancomunado. Uno de los ejemplos relevantes del Proyecto es la Unidad Educativa Mariscal de Ayacucho que, en palabras de Pedro Poma, técnico regional en la UE indica: “Un logro alcanzado en esta dinámica es el desarrollo del apthapi comunitario, por cursos, donde los estudiantes con aquellos insumos que producimos (verduras y hortalizas) desarrollan el concepto de compartir como una gran familia, para desarrollar nexos de confianza y amistad, más allá del simple compañerismo.”

El año 2014, el Proyecto incorporó a la Unidad Educativa “Mariscal de Ayacucho”, del Cantón Lacaya, del Municipio Pucarani, para promover el modelo de formación técnica profesional. En este contexto, Exalto Mamani, Director de la UE, afirma: “Es increíble que en esta comunidad aún pervivan algunas costumbres ancestrales que en otros lugares se han perdido. Por ejemplo, la siembra comunitaria de la papa se la realiza con la participación activa de los estudiantes, docentes, director, el Concejo Educativo, los padres y madres de familia y autoridades originarias y municipales. La actividad se realiza con todos los ritos que antiguamente se ejecutaban; en este caso, se emplea las yuntas, para mantener el sentido ecológico, sin dañar a la Madre Tierra. Hoy los elementos ancestrales están cada vez más presentes, lo que nos está permitiendo la recuperación de muchos saberes y prácticas ancestrales”.

Cuando el Proyecto inició actividades en Lacaya, se identificó varias necesidades y limitaciones que debían ser superadas con urgencia; especialmente, por la dificultad del acceso al agua en la Unidad Educativa para el riego de los campos de cultivo. Pedro Poma explica: “Los sistemas de riego por goteo y por aspersión fueron instalados en todas sus fases por los propios estudiantes y con el apoyo de la comunidad. Estos sistemas de riego funcionan gracias a la instalación de una bomba eléctrica que transporta el agua desde una distancia muy considerable; situación que antes era demasiado problemática, porque los estudiantes y los padres debían ir con bidones a traer agua para el riego, lo que demandaba mucho tiempo, en perjuicio de las actividades educativas y productivas”.  El Proyecto, con apoyo de la Cooperación Suiza en Bolivia, contribuyó en la construcción de dos sistemas de riego: por goteo y por aspersión, mismos que se vienen aplicando desde fines de la Gestión 2015, con resultados muy importantes en lo productivo.

Los esfuerzos desplegados ya están dando resultados favorables, a través de la aplicación del modelo socio comunitario productivo en las actividades formativas. “Estamos desarrollando una producción de hortalizas ecológicas mediante el uso de materia orgánica, guano, humus de lombriz, compost vegetativo; no utilizamos ningún fertilizante químico. Estos avances permiten el desarrollo de una producción que asegura una alimentación saludable. Esto mismo se está replicando en las familias, mediante la creación de los huertos familiares, bajo el concepto del trabajo productivo del Centro”, afirma Pedro Poma. Asimismo, se tiene la construcción de dos carpas solares que cuentan con sistemas de riego por goteo, dos campos de producción potenciados mediante el riego por aspersión con una producción muy valiosa en términos agropecuarios y también se ha potenciado el trabajo colaborativo entre estudiantes y padres de familia, tanto en el centro educativo como en sus propios hogares. A todo esto también se sumó el Municipio de Pucarani quien compró un motocultor, a fines de la Gestión 2016, para la preparación de la siembra en la UE.

La necesidad de involucrar a la comunidad permite el desarrollo de experiencias educativas vivas, puesto que deja de ser ajena al contexto, es asumida como propia, valorada y con muchas posibilidades de irradiarse como un modelo de gestión educativa exitosa. En el caso de la UE Mariscal de Ayacucho se generaron las bases necesarias para impulsar una educación productiva de calidad, en diálogo armónico con el entorno mediante el respeto a la Madre Tierra. “La Ley 070 nos faculta para promover nuestro propio proyecto denominado Producción, comercialización y consumo de las hortalizas ecológicas, que está siendo implementado desde el año 2014, con el apoyo de la Comisión Episcopal de Educación y el proyecto Formación técnica profesional de la Cooperación Suiza en Bolivia. Con todo esto, nos sentimos reforzados y mucho más a través del equipamiento”, afirma Poma.

Los primeros meses del 2017 fueron muy generosos con la producción en la Carrera de Agropecuaria en la UE Mariscal de Ayacucho, gracias al impulso y  trabajo comprometido que realizan los estudiantes en los invernaderos y en los espacios a campo abierto, puesto que actualmente se comercializan y se abren mercados, todos los jueves en la feria que se realiza en la comunidad, para satisfacer la creciente demanda de la comunidad.