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“Las Palmeras”, un emprendimiento a sol y sombra con mucho brillo
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“Las Palmeras” es un vivero que tiene tantas tonalidades de verde y hermosas flores que uno desearía quedarse allí por horas. Las chinas, el bouquet de novia, las palmeras, los pinos, el toborochi enano y las campanitas son los elementos necesarios que doña Aurelia Melgar y Eduardo Flores, los propietarios, dicen hacen hermosos los diversos lugares de Santa Cruz y agradable, también, la vida misma.
“Se está invirtiendo en muchas construcciones en Santa Cruz pero también deseamos que podamos crecer en jardines y en esto hay pocas ofertas”, nos dice Arlem Montoya una joven educadora del Centro de Formación Técnica Josefina Bálsamo, espacio en el cual se formaron dos promociones en la carrera de técnico básico en jardinería y paisajismo, entre ellos Aurelia y Eduardo, los dueños de “Las Palmeras”.
Actualmente esta oferta, única en todo el país, muestra una nueva opción de desarrollar las habilidades de muchas personas para hacer el mantenimiento de jardines, drenajes, riego, podas ydesarrollar prácticas , como también es una veta de mercado rentable. La carrera se inició en la gestión 2011 con el apoyo de la Cooperación Suiza en Bolivia, a través de la Comisión Episcopal de Educación. Hoy, los resultados son positivos, también el Centro expande sus servicios educativos a los últimos niveles de los colegios Mariscal Sucre y Simón Bolívar, ubicados también en el barrio El Quior de Santa Cruz.
“De lunes a viernes íbamos a clases, desde las ocho de la mañana hasta el mediodía. Yo quería aprender para que mis hijos puedan heredar lo que aprendí”, nos cuenta Aurelia quien es madre de ocho hijos y abuela de cuatro nietos. Cuenta que a pesar que su esposo e hijos la criticaban un poco cuando se puso a estudiar. Hoy ellos están contentos, principalmente, porque todos disfrutan de los árboles que ella misma colocó y que les cubre de los intensos días de sol del oriente.
Algunos de los egresados de Centro Josefina Bálsamo presentaron al programa de Formación técnica profesional de la Cooperación Suiza en Bolivia sus proyectos para obtener un financiamiento el que les ayudaría a emprender un negocio propio. Tal fue el caso de Aurelia y Eduardo que lograron acceder a estos recursos que les permitió poner en marcha “Las Palmeras”. Compraron herramientas, plantas madre, podadoras y otros insumos que hacen a la jardinería. Se instalaron en el terreno de Don Eduardo y, con un vistoso letrero en el frontis, empezaron a comercializar y a multiplicar sus plantas, además de ganar más experiencias para realizar el mantenimiento de jardines que les solicitaron.
¿Qué piden los clientes de los viveros? “Cuando estamos frente a un cliente examinamos su terreno, el tamaño y la orientación del sol. Les proponemos un diseño base de jardín tomando en cuenta los espacios, gustos y las propias características de las plantas”, nos explica Don Eduardo quien reconoce que los clientes cruceños prefieren plantas para darle más color y alegría a sus casas u oficinas, pero muchos de ellos no saben cuáles son de sombra o sol.
Una importante lección sobre las palmeras, acompaña la charla que tenemos en el vivero. Don Eduardo y Doña Aurelia nos indican que la palmera areca es una de las que crece más rápido, la palmera botella es enana y su crecimiento máximo alcanza a metro y medio; mientras que la palmera real crece como cinco metros, es una de las más grandes. Y luego abordamos el tema de costos, “cuando la planta es grande los precios suben porque tenemos que invertir más en tierra y cuidados, pero las chicas tienen precios menores”, dice Aurelia quien aprendió sobre gastos y ganancias.
Don Eduardo, orgulloso padre soltero de un niño de 12 años, no se olvida de comentarnos sobre cómo se organizan en el vivero tanto para trabajar como para atender a sus familias. Ellos trabajan todas las mañanas en el vivero y por las tardes se dedican a otras actividades tomando en cuenta que este negocio recién está dando sus primeros frutos, algunos de ellos con un delicioso sabor a mandarina, naranja y acerola.
No sólo el clima tropical y la belleza del paisaje de “Las Palmeras” nos hace pensar en animarnos a participar en esta carrera de jardinería y paisajismo sino la calidez humana de Aurelia y Eduardo quienes ofrecen espacios verdes y aires muy buenos.
