Niños que trabajan para vivir

En el mercado Abasto los domingos no son días de descanso para los cientos de niños que trabajan como carretilleros, llevando las compras de amas de casa que acuden a este lugar. Menores en situación de calle y siendo explotados hay en todo el territorio y es una realidad que golpea, pues son más de 850 mil los infantes que deben trabajar para poder vivir. Desde el año 2000 existe el Código del Niño, Niña y Adolescente, que los protege y sanciona a quienes explotan a los pequeños. El próximo 16 de abril se conmemora el Día Internacional Contra la Esclavitud Infantil.

Deben trabajar para sobrevivir. Hugo es el nombre ficticio de un muchacho que gracias a una carretilla consigue ingresos económicos que le permiten alimentarse y vestirse, mas no darse gustos y tampoco estudiar. El menor comenta que todos los días debe madrugar para conseguir juntar entre 50 a 80 bolivianos, que le permiten subsistir. Este pequeño y sus amigos, más de 20 niños que están asociados y que asisten al hogar Mitaí, tienen esa tediosa rutina de trabajo. La recompensa depende del estado de ánimo del cliente y de cuán complicada sea la carga. Muchas veces tienen que mover sus carretillas con pesados bolsos llenos de abarrotes, por varias cuadras. Además que el intenso tráfico en los mercados complica su tarea; sin embargo,  dicen estar convencidos de que es la única manera de conseguir algo de dinero y así evitar caer en vicios propios de las calles.

Desde el año 2000 el código los protege. "En Bolivia se dio un paso importante implementando la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, ya que podemos proteger a los chicos y sancionar a través del Código del Niño, Niña y Adolescente a quienes los explotan y obligan a trabajar", comenta la licenciada Rosi Valencia, directora de la Defensoría del menor. Esta institución nació hace 16 años y está apoyada por la Ley de Participación Popular, que dota de recursos, a través de los municipios, para que puedan actuar ayudando a menores que están en situaciones precarias.