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Un robot minero para salvar vidas

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Fecha: 
4 Octubre, 2022

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Armado de seis tipos de sensores, ruedas resistentes, una cámara y un brazo que sobresale notoriamente de su cuerpo, un robot transita por los socavones de Oruro para detectar gases tóxicos que sean mortales para los mineros.

También mide la temperatura y si hay riesgo de derrumbes mientras es controlado completamente a distancia, gracias a un control de dron adaptado.

Este robot minero está diseñado para cuidar la salud y proteger la vida de los mineros, una práctica que no se cumple en las minas bolivianas, dice Manuel Marconi, estudiante del Instituto Tecnológico IAI – Oruro, su creador.

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En una breve búsqueda por los portales de noticias se puede ver que al menos siete mineros murieron por inhalar gases tóxicos en 2017, cuatro en 2019 y tres en 2021. Para la Policía son “frecuentes las muertes por envenenamiento de gases tóxicos en la mina”, pero ¿qué se hace para evitarlas? Hasta ahora, nada.

De Huanuni, para el mundo

Manuel cuenta que vio la necesidad de crear un robot minero cuando pausó su carrera el año pasado para ir al cuartel. Ahí, tuvo que hacer guardia en las minas para atrapar a los “jukus” (ladrones de mineral), así que muchas veces tuvo que recorrerlas sin la protección adecuada.

Pensó cómo ayudaría controlar todo a distancia, sin poner en peligro a nadie. El robot minero monitorea el aire y sube toda la información a una página web, donde puede ser revisada al instante, además de que ofrece una transmisión del interior de la mina a través de su cámara.

“Vi lo inseguro que es la mina, lo peligroso de los gases. Nosotros igual entrábamos a la mina a hacer guardia ahí adentro (…) me quedé con esa idea y cuando estuve para la competencia en México me puse a averiguar”, recuerda.

Manuel es a la robótica lo que un pez al agua. En este 2022, participó de la competencia internacional Infomatrix World, en México, donde logró el tercer lugar con su robot minero y puso el nombre de su instituto en lo más alto de los certámenes internacionales.

Desde el colegio, Manuel estuvo muy interesado en la robótica y participó de varias competencias como las Olimpiadas Científicas. Eso le permitió ingresar a una carrera de ingeniería de forma directa, pero se aburría porque no tenían lo que él buscaba: talleres bien equipados.

“Averiguando entré a la IAI y todo era más rápido y más de lo que es la electrónica, la parte del taller, la parte manual. En el instituto todo es más directo”, explica.

Encontró la formación que esperaba y ahora también se encarga de que sus conocimientos se transmitan a otros.

Manuel trabaja como tutor de estudiantes de colegio que, como él, se dedican a competir en eventos de robótica nacionales e internacionales.

Amar un robot no se trata solo de ensamblar y soldar piezas, sino de programar funciones para que un conjunto de fierros comience a actuar de forma autónoma. En parte, a eso se dedican en el instituto IAI: a formar profesionales independientes. En parte, esta es la vida de Manuel.

La innovación lograda por Manual fue pubilcada el el "Catálogo de innovaciones de Centros Formación Técnica".  Si el lector desea ver esta publiciación puede pinchar en Catálogo

Nota: El Instituto mencionado en esta nota es parte del sistema público de formación, dependiente del Ministerio de Educación del Estado Plurinacional de Bolivia y, actualmente, cuenta con el apoyo del proyecto Formación Técnica Profesional de la Cooperación para el Desarrollo de la Embajada de Suiza en Bolivia, ejecutado por el consorcio Swisscontact-FAUTAPO y en el territorio mencionado por CEMSE-CEE.