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Una de cada tres mujeres en la región no tiene ingresos propios

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Fecha: 
29 Abril, 2013

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A sólo dos años de la culminación del plazo para el cumplimiento de los Objetivos del Milenio (ODM), todavía una de cada tres mujeres en la región no dispone de ingresos propios, mientras sólo el 11.7% de los hombres se encuentra en esta situación. Estas desigualdades son mayores incluso en las áreas rurales, dónde por cada 110 hombres, 118 mujeres viven en la pobreza. De hecho, a pesar de las mejoras en educación, estas brechas se mantienen.

El desempleo afecta en mayor medida a las mujeres jóvenes que a los hombres jóvenes, y además las mujeres tienden a estar sobre representadas en la economía informal (58% comparado al 50% para los hombres).

Por otro lado, las mujeres continúan empleadas en ocupaciones tradicionales con menor remuneración, como el servicio doméstico, el secretariado o profesorado. Cuando se vuelven emprendedoras tienden a crear empresas de menor tamaño que lo hacen los hombres en términos de ventas, costos, capital y número de empleados.

Esta situación de menor ingreso tiene efectos en la salud, la nutrición, el acceso a la sanidad y el agua potable, la educación, el desarrollo de habilidades profesionales, la tecnología y el desarrollo infantil.

 

Educación e inserción laboral

Más mujeres trabajando, pero menos con empleo estable y con respeto de los derechos laborales elementales, este el panorama boliviano. Además de la ausencia de programas de empleo formal en el sector privado y público, la falta de políticas productivas generadoras de empleo y la relativización del respeto de los derechos laborales, especialmente de mujeres y jóvenes, se tiene que considerar la escasa capacitación y profesionalización de la población femenina, lo que limita también su mejor inserción en el mercado laboral “de primera”.

El programa Formación técnica profesional, financiado por la Cooperación Suiza en Bolivia e impulsado por una alianza institucional de la que son parte el Ministerio de Educación a través del Sistema Plurinacional de Certificación de Competencias, la Fundación Fautapo, la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal, Fe y Alegría y el Gobierno Municipal de La Paz.

Este  programa apuesta por una alianza entre actores públicos, privados y de la cooperación internacional para mejorar, de forma sostenible, las condiciones de vida de las personas, familias y comunidades, incrementando sus oportunidades de acceso al mundo del trabajo y dinamizando sus sistemas sociales y productivos, a través del desarrollo de ofertas de capacitación laboral y formación técnica.

Eliana Arauco, coordinadora del programa, reconoce que en el mercado laboral, las mujeres tienen menores oportunidades,  por ello desde el programa se impulsan diversas acciones orientadas a mejorar las condiciones de una formación técnica profesional que tome en cuenta este factor y potencie a mujeres y hombres para una sociedad más equitativa.

“Sabemos que las mujeres tienen mayores desafíos a lo hora de acceder a ofertas de formación y de insertarse en el mercado de trabajo; necesitan generar estrategias de autosostenimiento de ellas y de sus familias, por ello  incorporamos acciones que permitan a los y las docentes desarrollar una formación que atienda sus necesidades especificas y mejore sus condiciones de empleabilidad”.

 

Ejercer la equidad

Para Dalia Rocha de la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal, para ejercer la equidad de género no solamente hay que trabajar en conocer los derechos sino también en la valorización de nosotras mismas.

“No es lo más fácil –dice Dalia– porque va en contra de factores sociales y culturales que ya están establecidos pero justamente ahí está el desafío, junto a la capacitación técnica, trabajar también la valorización personal y luchar contra los estereotipos”

La situación de las mujeres ha tenido avances importantes pero no suficientes asegura Dalia pero, afortunadamente, este trabajo se está haciendo desde distintas vertientes, lo lleva adelante la cooperación internacional, las instituciones nacionales y también los propios docentes en los centros educativos.