El mundo laboral está en constante evolución y la formación técnica juega un rol clave en la preparación de profesionales capacitados para afrontar los retos actuales. Desde la gestión eficiente de recursos hasta la adopción de nuevas tecnologías, la educación técnica se convierte en una herramienta fundamental para responder a las demandas del mercado y contribuir a un desarrollo más innovador y sostenible.
El rol fundamental de la formación técnica
Según Ronald Vázquez, ingeniero ambiental de formación y experto en economía circular y actual Especialista Ambiental en el proyecto Formación en competencias verdes que lleva adelante Swisscontact con el apoyo de Servicio de Liechtenstein para el Desarrollo (LED), “la formación técnica tradicional debe adaptarse para incluir habilidades orientadas a la sostenibilidad”. En este contexto el Proyecto tiene una misión clara: “brindar a estudiantes y profesores herramientas para aplicar sus habilidades en el sector ambiental, complementando la formación técnica con conocimientos actualizados en sostenibilidad”, explica Vásquez.
El desafío de implementar estas competencias verdes es considerable, ya que “La formación técnica no debe ser estática. Por ejemplo, hace 65 años no había vehículos eléctricos en Bolivia, pero hoy su demanda está creciendo, y la formación técnica debe adaptarse a estas nuevas necesidades”, agrega.

Más allá de las acciones ecológicas básicas
Sin embargo, Vásquez resalta que formar en competencias verdes no debe reducirse a medidas superficiales, como la implementación de contenedores de reciclaje. “Los institutos deben reducir su propio impacto ambiental en los diferentes factores ambientales mientras forman a los estudiantes. Esto incluye estrategias de eficiencia energética, reducción de consumo de agua y manejo adecuado de residuos”, comenta el experto.
Para Ronald, el proceso de formación comienza con la conciencia ambiental en los estudiantes, lo que él denomina el “ser”. Después, los estudiantes deben adquirir el conocimiento técnico específico en cada carrera, como en el caso de la mecánica automotriz, donde deben aprender técnicas para el cambio de aceite con menor impacto ambiental con el uso de tecnología que permita realizar esta actividad.

La implementación de competencias verdes
El camino hacia la integración de competencias verdes no está exento de dificultades. Vásquez destaca la resistencia al cambio como una de las principales barreras. “A veces, las personas nos aferramos a métodos tradicionales, lo que dificulta la implementación de enfoques innovadores y sostenibles”, afirma. Sin embargo, asegura que el desafío viene acompañado por acompañado de casos de éxito local, instituciones y aliados estratégicos que impulsan la innovación para la solución de problemas locales.
Por otro lado, el perfil del egresado con competencias verdes es el de un profesional capaz de identificar oportunidades en problemas ambientales, innovador y con habilidades blandas para comprender el impacto de su trabajo. Vásquez destaca que este tipo de profesionales también debe contar con conocimientos técnicos en áreas clave y de mayor demanda como las energías renovables, la movilidad eléctrica, gestión de residuos y la eficiencia energética.

La colaboración clave en la formación técnica
El desafío financiero es otro aspecto que considerar, ya que la formación técnica es costosa. Ronald Vásquez enfatiza la importancia de contar con aliados estratégicos para incorporar competencias verdes, como empresas que importan vehículos eléctricos, que podrían asumir parte del costo de la formación. “Las instituciones educativas deben integrarse como actores estratégicos en la formación de profesionales en nuevas tecnologías”, subraya.
En cuanto a una tarea clave que tenemos es la de llegar a públicos clave como autoridades locales, docentes, estudiantes y empresarios. “El cuidado del medioambiente es responsabilidad de todos, y la formación técnica puede ser una solución real y sostenible a los problemas ambientales”, concluye Vásquez.

Transformando ideas en negocios sostenibles
Uno de los aspectos más interesantes del enfoque de competencias verdes es la capacidad de los estudiantes para transformar ideas innovadoras en negocios sostenibles. Vásquez señala que actualmente los estudiantes están generando proyectos interesantes, como bolígrafos de papel reciclado o vehículos que funcionan con hidrógeno entre otros. Sin embargo, enfatiza que para que estas ideas se conviertan en negocios reales, se necesita apoyo en el acceso a fuentes de financiamiento.
Finalmente, la colaboración con los docentes es crucial. Según Vásquez, “los docentes son los actores clave que deben bridar conocimientos sobre las nuevas tecnologías y demandas del sector. Al hacerlo, pueden garantizar que los estudiantes se conviertan en los innovadores del futuro”.
En resumen, la formación técnica en competencias verdes no es solo una respuesta a los problemas ambientales, sino también una oportunidad para innovar y transformar el mercado laboral, posicionando a los jóvenes como actores clave en la construcción de un futuro más sostenible.
Nota: Los Institutos que participan en el proyecto Formación competencias verdes son parte del Ministerio de Educación del Estado Plurinacional de Bolivia y cuentan con el apoyo del proyecto Formación, una iniciativa del Servicio de Liechtenstein para el Desarrollo (LED), ejecutada por Swisscontact en Bolivia.