María Cristina Chauri Justiniano es una mujer creativa que encontró en la educación técnica una herramienta para su desarrollo profesional y personal. Egresada de la carrera de Contaduría General en el Instituto Tecnológico Santa Cruz en 2017, decidió impulsar su propio negocio.

Evolución de la educación técnica
Desde su experiencia, María Cristina destaca los avances en su instituto, especialmente en infraestructura y acceso a tecnología. “Cuando estudié, no teníamos salas de cómputo equipadas, algo fundamental en contabilidad. Ahora se han mejorado también los talleres de mecánica automotriz y electricidad industrial”, señala.
Aun así, considera que hay aspectos por fortalecer, sobre todo en la formación para el emprendimiento. “Sería ideal aprender más sobre gestión de negocios y cómo afrontar los retos del mercado”, explica.
Estudiar y ser madre: un desafío
Uno de los mayores retos que enfrentó fue combinar su rol de madre con los estudios. “Tuve que llevar a mi hijo a clases porque no siempre tenía con quién dejarlo. A veces llegaba a casa a las once de la noche por la falta de transporte”, relata. A pesar de las dificultades, logró concluir su carrera y aprovechar al máximo las oportunidades que le brindó su formación.

El camino del emprendimiento
Tras graduarse, María Cristina y dos colegas fundaron HRL Consultora, una empresa de asesoramiento contable en el centro comercial Mutualista. “Somos tres mujeres, todas egresadas del instituto, y trabajamos juntas ofreciendo servicios contables”, comenta.
Para atraer clientes, han apostado por estrategias digitales. “Antes se usaban tarjetas de presentación, ahora es clave promocionarse en Facebook y otros medios digitales”, explica.
El crecimiento empresarial, no obstante, sigue siendo un desafío. “No todos los profesionales pueden acceder a préstamos o financiamiento para seguir mejorando o creciendo. Ese es un tema en el que necesitaríamos más asesoramiento”, admite.
Perspectivas a futuro y un mensaje para las mujeres
A pesar de sus logros, María Cristina tiene claro que su camino no ha terminado. Su meta es concluir su licenciatura y fortalecer su consultora. “No sé cómo lo haré, pero quiero terminar mi carrera universitaria para complementar mi formación técnica”, afirma.
Finalmente, envía un mensaje a las mujeres que enfrentan obstáculos para estudiar o emprender: “Las mujeres somos todo terreno, no podemos detenernos. Hay que seguir luchando día a día por nuestros sueños y por nuestros hijos. Esto no termina aquí, hay que continuar”.
Rostros de mujer en la formación técnica


