Más de 260 docentes y estudiantes de institutos técnicos en La Paz, Santa Cruz y Potosí participaron en una innovadora serie de talleres que cuestionan los modelos tradicionales de masculinidad. La iniciativa busca promover entornos educativos más inclusivos y equitativos, partiendo del enfoque de masculinidades sentipensantes como herramienta para prevenir la violencia y fortalecer la formación técnica.

Transformar las masculinidades en la formación técnica
En espacios tradicionalmente marcados por estereotipos de género como la formación técnica, una nueva propuesta está abriendo paso al cambio. Se trata de un trabajo que invita a docentes —hombres y mujeres— a repensar los roles masculinos en el ámbito educativo, desmontar mandatos hegemónicos y promover entornos más justos, diversos y libres de violencia. A través de talleres vivenciales en institutos técnicos de La Paz, Santa Cruz y Potosí, se impulsa una reflexión urgente: ¿qué significa ser hombre hoy y cómo eso impacta en nuestras aulas?

Masculinidades sentipensantes: más allá de los roles impuestos
“Trabajamos desde el enfoque de las masculinidades sentipensantes, un concepto que propone una mirada emocional y crítica sobre lo que significa ser hombre en nuestra sociedad”, explica Miguel Rodrigo Urquieta, especialista en masculinidades y facilitador de los talleres, quien es Responsable de Incidencia Política y Cultural de la organización Acción por los Derechos Humanos.
Este enfoque combina el sentir y el pensar como herramienta metodológica y práctica para promover una masculinidad comprometida con la equidad de género, la corresponsabilidad y la eliminación de la violencia. Rodrigo añade: “La idea no es culpar a los hombres, sino invitar a una reflexión profunda sobre los modelos que repetimos y cómo podemos cambiarlos”.

Educación vivencial con raíces en la neurociencia y lo ancestral
Los talleres, denominados “Transmisión de conocimientos en masculinidades”, evitaron el enfoque teórico tradicional. En su lugar, combinaron dinámicas vivenciales con aportes de la educación popular, la psicología y las neurociencias. Se trabajaron dos conceptos clave: las neuronas espejo, que explican cómo imitamos modelos de conducta, y la masculinidad hegemónica, que plantea cómo se impone un ideal de ser hombre que excluye la vulnerabilidad.
Una de las actividades más reveladoras fue “El hombre real y el hombre ideal”, donde los participantes debían dibujar y describir las características de ambos. “Lo interesante es que, en muchos casos, esos dos hombres eran prácticamente iguales”, comenta Rodrigo. “Ahí se evidencian los efectos de la hegemonía: no es una imposición con violencia, sino una presión cotidiana, invisible, que nos moldea desde pequeños”.

Emociones, espacios y la Ley 348
Una parte fundamental del taller abordó la gestión emocional. A través de preguntas simples como “¿Qué haces cuando estás triste?”, se puso en evidencia cómo muchos hombres tienen una relación limitada con sus emociones. “Lo común es que los hombres repriman, guarden o simplemente se aíslen. A veces, incluso recurren al alcohol. En cambio, las mujeres tienen una gama mucho más amplia de formas para expresarse emocionalmente”, señala Rodrigo.
También se reflexionó sobre el uso del espacio según el género: las actividades emocionales femeninas tienden a desarrollarse en el ámbito privado, mientras que las masculinas se ubican en lo público. Esta división refuerza desigualdades estructurales que se reproducen en los espacios educativos.
El cierre de cada taller incluyó un análisis crítico de la Ley 348, que protege a las mujeres contra la violencia. “Muchos hombres tienen una idea distorsionada de esta ley. Creen que por una simple denuncia van directo a la cárcel. Por eso fue importante mostrar datos reales y desmontar esas campañas de odio que desinforman”, aclara el facilitador.

Docentes sensibilizados, instituciones comprometidas
En total, participaron más de 260 personas, principalmente docentes, aunque en algunos casos también estudiantes. La metodología utilizada, inspirada en el principio aymara de “mirar hacia atrás para caminar hacia adelante”, permitió generar un proceso reflexivo anclado en la identidad, la memoria y el presente.
La experiencia fue tan significativa que varios institutos solicitaron repetir el taller con otros públicos. “Incluso un docente que también es entrenador de fútbol nos dijo que le gustaría trabajar este tema en sus equipos. Ahí te das cuenta que este enfoque puede cruzar múltiples espacios sociales”, relata Rodrigo con entusiasmo.
Lo Institutos Tecnológicos que participaron en los talleres son: Instituto Tecnológico Ayacucho (La Paz), Instituto Tecnológico Nuevo Amanecer (Potosí), Instituto Tecnológico Superior Potosí, Instituto Tecnológico Puerto Mejillones (El Alto), Instituto Tecnológico INFOCAL Subsede Santa Cruz e Instituto Tecnológico Santa Cruz.

Una experiencia respaldada para transformar realidades
Esta propuesta pedagógica forma parte del proyecto Formación en competencias verdes, ejecutado por Swisscontact con el apoyo del Servicio para el Desarrollo de Liechtenstein (LED). Una apuesta que demuestra que la transformación social también se construye desde las aulas, y que formar profesionales implica también cuestionar los modelos que sostienen la desigualdad.