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Educación comunitaria productiva: Aprender produciendo

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Fecha: 
6 Diciembre, 2016

Fuente:

Autor: 
David Coaquira

La Comisión Episcopal de Educación (CEE), con el apoyo de la Cooperación Suiza en Bolivia, desarrolla una experiencia de educación técnica, tecnológica y productiva en Centros de Educación Alternativa y regular de zonas rurales de Bolivia. Una de sus principales  características es la participación de la comunidad, inicialmente como demandante de servicios educativos y luego asumiendo corresponsabilidad social.

Esta experiencia se desarrolla desde el año 2007, antes de la promulgación de la Ley 070 de educación Avelino Siñani - Elizardo Pérez (2010), coincidente en muchos aspectos con la propuesta de la cee, aplicándose procesos educativo-productivos, con participación de la comunidad, de calidad y pertinentes.

Educación comunitaria

La participación social en el sistema educativo es legislada por el Estado; lo probado por el proyecto es la constatación de la responsabilidad que asumen las instituciones de la sociedad civil y entidades públicas vinculadas con el desarrollo productivo, como contribuyentes a una educación que satisface los requerimientos reales de los(as) productores(as).

Esta experiencia educativa-productiva genera corresponsabilidad social de diversos actores; además de la tradicional comunidad educativa, también participan municipios y autoridades de educación, sectores productivos, autoridades originarias e instituciones públicas y privadas, en una suerte de articulación de políticas educativas con políticas de desarrollo productivo, en el plano operativo.

Estos actores como demandantes, definen la pertinencia de las especialidades técnicas con las expectativas comunitarias, el desarrollo productivo y el mundo del trabajo. Además, contribuyen con diversos espacios educativos: suelos para el cultivo de productos agrícolas, granjas, talleres, empresas y espacios de comercialización en ferias locales o regionales.

Algunas comunidades indígenas brindaron tierras y trabajo para la infraestructura de educación productiva, en coordinación con los municipios; la empresa privada ha donado terrenos para ampliar campos de cultivo.

Los productores proporcionaron conocimientos de sus expertos sobre nuevos productos, valor agregado, procedimientos productivos y el acceso a nuevas tecnologías que no siempre están al alcance de los centros educativos, ejerciéndose una suerte de docencia social, puntual y especializada.

A manera de ejemplos, el técnico especialista en turismo del municipio de Coroico participa en la formación de Guías de Turismo, en el colegio Guerrilleros Lanza. Ingenieros agrónomos de la gobernación de Santa Cruz coadyuvan en las especialidades agrícolas del Centro Nuevo Palmar en el municipio de Cuatro Cañadas. La asociación de productores “El ceibo”, parte de la cadena exportadora del cacao, brinda su experiencia y conocimiento en el Centro San Antonio de Alto Beni. Docentes y estudiantes del Centro Hno. Nilo Cullen de Caranavi, participan de eventos educativos del Instituto Tecnológico local, con temáticas específicas, y así en la mayoría de los Centros del proyecto se multiplican los docentes y los espacios educativos.

El sector financiero público y privado, también participa con sus especialistas brindando educación financiera.  Se trabaja con el Banco de Desarrollo Productivo (BDP), la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), el Banco fie y prodem.

En una sociedad con incipiente industrialización, se enfatiza la formación para el emprendimiento empresarial en sectores productivos bien establecidos, inclusive exportadores (café, textiles y otras manufacturas en el departamento de La Paz, elaboración de aceites en Santa Cruz).

Una particularidad de la experiencia es que además de trabajar con comunidades originarias de zonas altas, aimaras y quechuas, también se apoya a centros educativos que trabajan con indígenas de los pueblos Guarayo, Guaraní y Tsimane.

Estas poblaciones en buena medida mantienen la característica de pueblos itinerantes, desplazándose estacionalmente por rutas que les brindan sustento mediante la caza, pesca y recolección de alimentos, situación que motivó la adaptación de especialidades técnicas, especialmente en las comunidades Tsimane del municipio de San Borja en el Beni.

Educación productiva

La articulación de los procesos educativos con los productivos es planteada desde la perspectiva metodológica. El método “Aprender produciendo” asumido, significa que los procesos de capacitación y formación se realizan paralelamente con el proceso productivo, con insumos, procesos y productos reales, siguiendo área de agropecuaria. Queda el desafío de oficializar los calendarios productivos, como educativos.

Estos procesos pueden culminar en emprendimientos comunitarios, asociativos o individuales, planteados por los mismos participantes. Estas iniciativas orientadas a mejorar la calidad del empleo o la inserción laboral son apoyadas por entidades de servicios financieros y no financieros para el apoyo al desarrollo del emprendimiento.

Investigación aplicada

El carácter productivo de la formación o capacitación requiere poner a prueba constantemente nuevos conocimientos, insumos productivos o tecnologías introducidas, especialmente si van a confluir en nuevos productos o nuevas variedades de productos ya conocidos. Esta situación implica procesos de observación y experimentación propios de la investigación aplicada, desarrollados por los centros.

 

La organización del modelo
La construcción de este modelo educativo, supone una escuela abierta y sin muros, relacionada con su entorno económico y social generando nuevos espacios educativo-productivos: un Centro de Educación Alternativa (CEA); una Unidad Educativa Regular (UER); o un Instituto Técnico/Tecnológico Superior (ITS); con subcentros: comunidades rurales, asociaciones de productores, otros centros educativos, cuarteles y hasta cárceles. El siguiente gráfico muestra la estructura de un Centro educativo.

El proyecto apoya a los Centros educativos, desarrollando capacidades institucionales y personales en 3 áreas: gestión educativa y participación social, técnico-pedagógica, y formación continua de docentes.

Desde la perspectiva de la gestión educativa, los centros educativos están desarrollando capacidades para la gestión de la calidad y la administración de subcentros, de talleres, granjas, campos de cultivo, de insumos productivos, materias primas, de productos en proceso y finales. Para generar la participación de la comunidad, mejoran capacidades de negociación con otros actores especialmente del sector productivo.

En lo técnico-pedagógico, se desarrolla el enfoque de “currículo vivo”, con planes de estudios flexibles y modulares, con salidas intermedias conforme los requerimientos del mundo del trabajo. Se apoya la innovación de metodologías y producción de materiales educativos por los propios docentes.

Los docentes son técnicos de formación inicial. En ese sentido, se desarrollan capacidades pedagógico-didácticas, además en contenidos sobre temáticas de género, gobernabilidad, educación ambiental, seguridad y salud ocupacional, formación de emprendedores y desde luego, en nuevas tecnologías y procesos productivos.

Lecciones aprendidas

En este proceso de innovación educativa-productiva, se aprendió mucho en diversos temas. En un afán de priorización se mencionan los principales:

  • Se requiere transitar desde el abordaje escolarizado de la educación técnica, a otro, desde la perspectiva del mundo de la producción y las demandas del desarrollo productivo, bajo conceptos de calidad y sostenibilidad.
  • Es necesario institucionalizar mecanismos de articulación de los centros educativos con sectores productivos y con el mundo del trabajo.
  • Los planes de estudio oficiales deben ser sumamente flexibles para permitir ingresos y salidas intermedias habilitantes para el mundo del trabajo.
  • De hecho, con los aportes de la sociedad civil y de los propios centros educativos, se diversifican las fuentes de financiamiento, se requiere normativa al respecto.
  • La articulación con las políticas de desarrollo local son insuficientes, por el alto grado de migración. Las especialidades técnicas deben considerar, además, pertinencia con el desarrollo regional y nacional.
  • Se requiere de mecanismos de intermediación laboral para facilitar la congruencia entre las especialidades técnicas y el mundo del trabajo.

Potencial de proyección en la política pública

Esta experiencia educativa-productiva logró influir en las políticas públicas del ámbito local, en algunos municipios y comunidades rurales.

Inclusive incidiendo en la creación de instancias institucionales para el desarrollo productivo en algunos municipios. Se tienen propuestas “desde la práctica” para temas no resueltos de la política pública:

La fragmentación de las políticas de educación técnica productiva desde los subsistemas de educación alternativa, regular y superior, puede resolverse local o regionalmente, ganando “transitabilidad” entre estos subsistemas.

La articulación de políticas educativas con las políticas económicas y laborales, puede operarse cuando los Centros educativos tienen autonomía para vincularse con sectores productivos.

Se requiere de mayor inversión, diversificando las fuentes de financiamiento con la participación de entidades públicas y privadas de desarrollo, incluyendo la sociedad civil, sin desvirtuar la educación gratuita.

La formación continua de docentes técnicos debe incluir a profesionales técnicos de todos los niveles con una política docente específica.