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“Sé que con lo que aprendí puedo sola”

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Fecha: 
16 Abril, 2018

Fuente:

Autor: 
Denisse Hanna Z.

Scarlet Lima Moscoso (17) vive en el internado del Centro de Educación Alternativa Aniceto Solares desde sus ocho años, un lugar donde estudia para salir bachiller pero también para obtener una profesión como la de Gastronomía y Alimentación.  Scarlet y tres amigas más del Centro participaron de la experiencia “Genero y Trabajo: Mujeres Fortalecidas” que les permitió iniciar un exitoso emprendimiento en el que ellas elaboran galletas que se venden en Vallegrande (Santa Cruz).

Ingresó al hogar en el 2009, nos cuenta Scarlet,  porque su padre, quien era viudo, definió que allí podría aprender  cosas valiosas, tanto ella como su hermana mayor.   “Yo vivía en una zona calurosa y aprendí a adaptarme al clima de Vallegrande, ahora me gusta más el frio que el calor porque el calor afecta más a mi salud”, explica.

Scarlet expone que eligió la carrera de Gastronomía y Alimentación porque  le gustaba cocinar e inventarse diversos platos que gracias al equipamiento obtenido por la Cooperación Suiza en Bolivia, a través de la Fundación FAUTAPO, se pudieron hacer con los enseres adecuados.

En referencia al CEA éste tiene, entre sus participantes, a jóvenes huérfanas, mujeres y adolescentes quienes son parte de los procesos de formación técnica ya sea como internas (viviendo en el CEA) o externas. Las participantes externas provienen, en su mayoría, de entornos sociales frágiles. La formación de las participantes en la especialidad de Gastronomía y Alimentación  tiene como misión capacitarlas en la elaboración de productos de calidad y en la organización para su comercialización.

Sobre la experiencia  de “Género y Trabajo: Mujeres Fortalecidas”, esta fue impulsada en el Centro gracias a PROCOSI CEMSE, también con fondos de la Cooperación Suiza en Bolivia lo que significó para cada grupo de jóvenes mujeres, que presentaron una iniciativa de emprendimiento como vender galletas  o panes en el marco de la carrera de Gastronomía, obtener un fondo semilla o capital de arranque. En el grupo de Scarlet y sus tres amigas, ellas lograron obtener el fondo de Bs. 500 con el cual comprar los insumos para elaborar sus galletas que las venden, todos los días, en Vallegrande y luego, con los ingresos obtenidos devuelven el capital prestado, compran insumos para volver a preparar las galletas; a la par de depositar un dinero a su cuenta bancaría, mismo que será utilizado cuando así lo requieran.

“Un ingrediente clave es ponerle amor y no peleas a lo que uno hace, con todo nuestro empeño para que salgan perfectas nuestras recetas. Si hacemos algo peleando nunca nos van a salir bien las cosas”, declara Scarlet. 

La experiencia del Centro demuestra, como lo dicen las docentes, que la formación técnica es más efectiva cuando va articulada a algún tipo de emprendimiento o proyecto económico, pues actúa no solo en la motivación de las participantes sino también en la calidad e integralidad de los aprendizajes.

Hablando de equidad de género con Scarlet ella indica que “La equidad de género es que los hombres sepan manejar la cocina, el hogar, la limpieza y que nosotras también podamos manejar un tractor, la electricidad. También que los varones nos dejen a las mujeres dar nuestras opiniones y expresar nuestras ideas”.

Sobre sus clases de Gastronomía estás son todas las mañanas y ella destaca que siempre está concentrada y hace preguntas cuando no sabe alguna cosa o no ha entendido. “Algunas somos más inquietas y preguntonas y no nos quedamos calladas para aprender; además nuestra profesora siempre nos dice que lo que no sabemos siempre preguntemos para que ella nos pueda explicar”.

Entre las diversas recetas que aprendió en su carrera ella cuenta que la que más le gusta es la de la lasaña, un plato italiano, rico pero bien caro y que cuando está en la cocina se siente  aliviada de todo y charla consigo misma. “Me digo a mi misma que yo puedo y que si no puedo siempre habrá alguien que me ayude, pero sé que con lo que aprendí  puedo sola”.

Sobre el futuro manifiesta que también quiere seguir la carrera de Arquitectura porque le gusta dibujar y le encantaría diseñar su propia casa. “Para mi ser arquitecta sería como intercalar con mi carrera de chef, si no encuentro trabajo como arquitecta lo podré hacer como chef o viceversa”, explica indicando que por ahí, en un futuro próximo, la gente joven no tenga trabajo y esto los podría deprimir  o bajar su autoestima, cosa que no sucedería si tienen varias opciones o habilidades para desarrollarse como profesionales.

Sobre la vida en el internado cuenta que sus compañeras son las personas que más apoyo le han dado y que, cada vez que siente que está fallando en algo, ellas hacen que vuelva a intentarlo y mejorar en lo que posiblemente esté haciendo mal. “Uno tiene que estuchar que está mal en uno para así poder corregir y mejorar”, declara Scarlet.