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Jóvenes que encontraron una buena sazón para sus vidas, gracias a las escuelas Manq'a

¿Qué es Manq’a? Para la gente que probó las delicias que hacen en la cocina es una excelente, única y deliciosa experiencia para el paladar.  Pero conozcamos qué es Manq’a para la gente que paso por sus aulas en gastronomía y alimentación o panadería, respostería y pastelería y que, gracias a las escuelas Manq’a, lograron una buena sazón que hoy les permite degustar la vida desde otra perspectiva.

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Fecha: 
19 Junio, 2019

Fuente:

Autor: 
Denisse Hanna

Guido Martín Loria

Revela que estudiaba ingeniería civil y que, definitivamente, no le gustaba.  Luego de dejar la universidad se puso a trabajar en una cafetería y deseaba estudiar gastronomía, pero las ofertas del mercado para estos estudios no le eran accesibles.  Cuenta que, favorablemente, tuvo muy buenas referencias de Manq’a y, primeramente, estaba muy desconfiado de esta escuela, pero que una persona amiga lo motivo a que se inscribiera.  Al segundo mes de estar en la escuela él se enamoró de todos los trabajos que se hacen en la cocina y, prácticamente, todo el día se pasaba en este espacio, primero en clases y luego en el trabajo.  Destaca que Manq’a le enseñó a contar con una comunicación asertiva, tanto para su espacio personal como para el trato con clientes. “Yo estaba ciego con respecto al diálogo en las relaciones humanas y estos aprendizajes impactaron fuertemente en mi vida”, declara.

Ana Chavez

Nos cuenta que cuando llego a Manq’a estaba prácticamente sin nada y que fue la época en que se separó de su marido y quedo sola con sus dos hijos (el mayor de dos años y el menor de ocho meses).  Asimismo, explica que  encontró en este espacio educativo a un chef, que más que facilitadora, fue como una hermana para ella que supo mostrarle y descubrir el potencial que ella tiene.  Actualmente indica que se siente una mujer fortalecida que transformó su vida.   Revela que nunca se debe cocinar pensando en los problemas que uno tiene, “Se tiene que cocinar con alegría y amor para que a una le salga bien un determinado plato o postre”.  Luego de egresar de Manq’a realizó algunos emprendimientos y a la fecha cuenta con un servicio propio de catering que es asesorado por mentores de esta escuela.

Richard

Afirma que le encanta cocinar y que antes sus familiares no veían esta carrera como una profesión con futuro.  Cuando se puso a estudiar gastronomía en la escuela, nos cuenta, supo que el nivel de exigencia era fuerte pero que cuando uno tiene su corazón puesto en esta área reconoce su vocación. Explica que cuando llega de su casa a su trabajo, y si está cansado o relajado, igualmente tiene ganas de cocinar para brindar alimentos sanos a tus tres hijos. Destaca que en la escuela aprendió mucho sobre nutrición y alimentación saludable.  Expresa que la mayoría de la población paceña, desfavorablemente, consume arroz, fideo y pollo broster, comida rápida  y poco nutritiva.  Para Richard los comensales más difíciles son los niños y lograr que les guste las verduras o algunos otros alimentos es todo un reto.

Gladis Mamani

Con una sonrisa en el rosto expresa que desde niña le gustaba la gastronomía, pero no sabía de técnicas de cocción o tipos de cortes.  Ahora, según nos explica, aprendió que cada alimento tiene un tiempo definido de cocción como también la presentación adecuada y atractiva de los alimentos para los comensales.  Cuenta que en Manq’a se brinda clases teóricas por un mes y luego los cuatro meses restantes tienen prácticas intensas. 

José Arce

Explica que antes de entrar a la escuela era un cocinero que aprendió sobre cocina asiática de madera empírica y que, gracias a las enseñanzas que le brindó Manq’a ahora puede aplicar varias técnicas en un emprendimiento que tiene de comida asiática en la zona sur de la ciudad de La Paz.  Expresa que desea empezar a incursionar en la comida fusión.  Para quien lo quiera conocer el tiene su negocio en la calle 22 y 23 de Calacoto, extensión calle Montenegro.

Belinda Godoy

Confiesa que no quería estudiar gastronomía y que la cocina era un tema que no le apasionaba.  Ella quería estudiar medicina forense pero su mamá siempre le decía “¿cómo quieres vivir con los muertos?”, a lo que se sumaba que tampoco contaba con mucho dinero para estudiar.  Al poco tiempo ingresó a un instituto de gastronomía y luego a Manq’a  y en este último nos dice que descubrió una linda pasión por la cocina.  A futuro quiere abrir un restaurante con su esposo quien también estudia la misma carrera en otro instituto.  “Yo siempre digo que se come mejor si la comida es deliciosa y bien sazonada”, expresa entusiasta Belinda.