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Valorizar las capacidades femeninas desde la formación

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Fecha: 
28 Febrero, 2014

Fuente:

Autor: 
Denisse Hanna Z.

“Estaremos haciendo grandes aportes a la calidad y la pertenencia de la formación técnica, pero también a las políticas de desarrollo si contamos con una mirada y convicción de que debemos trabajar con las personas de manera integral para transformar las relaciones sociales”

Así lo expresó Sara Silveira en el taller de  capacitación con  equipos técnicos de las entidades socias (Fe y Alegría, Gobierno Municipal de La Paz, Comisión Episcopal de Educación, Fundación FAUTAPO y Construyendo en Red) y de la unidad de coordinación  del proyecto de Formación técnica profesional  de la Cooperación Suiza en Bolivia. La temática abordada fue formación por competencias y género.

Silveira es una profesional uruguaya con una vasta experiencia que es considerada una de las más destacadas especialistas de la región latinoamericana en la temática de género y formación profesional.

Una lucha para valorizar las capacidades femeninas

Silveira señala  que en el año 1998, en la región, la formación por competencias se empezaba a extender con el doble objetivo de apoyar a las mujeres en la inserción laboral y la inclusión en la formación profesional. “Nuestra preocupación frente a una crisis social y económica de esos años, principalmente, era la de valorar las capacidades femeninas adquiridas a lo largo de la vida y evitar las  descalificación de las aptitudes femeninas”.

Empleabilidad, no es lo mismo que empleo

Un tema central en la generación de nuevas condiciones para la igualdad de género fue, según Silveira, identificar  y proponer los contenidos sobre empleabilidad en la Recomendación N°195 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), según la cual empleabilidad se refiere a las “competencias y cualificaciones transferibles que refuerzan la capacidad de las personas para aprovechar las oportunidades de educación y de formación que se les presenten con miras a encontrar y conservar un trabajo decente, progresar en la empresa o al cambiar de empleo y adaptarse a la evolución de la tecnología y de las condiciones del mercado de trabajo” [1]

Esta concepción deja claro que la empleabilidad no es sinónimo de empleo logrado, y más bien tiene como categoría central la transferibilidad, o sea su condición transversal a diferentes perfiles profesionales y formativos e implica una transferencia de poder a las personas para que puedan desenvolverse en un escenario  laboral incierto, donde el empleo necesita ser creado mediante capacidad de emprendimiento y estrategias de cooperación.

Valorización del trabajo de cuidado de personas

Esta concepción  sobre empleabilidad derivó en todo un enfoque que analizó y valorizó el denominado trabajo de cuidado (personas que cuidan a otras personas sin remuneración alguna) como un trabajo productivo y el cual no se registra en las cuentas nacionales, demostrando que en este trabajo se ponen en juego la mayoría de las competencias que, a su vez, requería el mundo del trabajo,  explicó Silveira.

Tenemos una responsabilidad…

Conversando sobre lo que espera Sara Silveira cuando desarrolla un taller y lo que desearía que quedará en la cabeza de los participantes ella puntualizó algunos aspectos: “Que los y las que me escuchen tengan la convicción y que la apliquen en su vida, que pensar en términos de perspectiva de género es pensar en los sujetos individuales, en sus capacidades, barreras y potencialidades. Que tengan en claro que no es posible abordar las relaciones sociales, el mundo de trabajo o las políticas públicas sin pensar en los condicionamientos y estereotipos que están justificando un sistema de jerarquización y organización social centrado en el poder y, que tenemos la responsabilidad de ser una herramienta de transformación en las relaciones sociales y, en particular, en las relaciones en el trabajo para generar una sociedad más inclusiva e igualitaria”.

Los Centros acompañan proyectos ocupacionales

En referencia a los criterios para tener una política de formación profesional en los Centros de formación, Silveira subrayó, que actualmente se recomienda lograr la pertinencia de ofertas en relación con el entorno  productivo, social y para con los sujetos, además de posicionarse como un servicio de acompañamiento a los proyectos ocupacionales de la población destinataria. 

“La transformación personal y social, que no es nada fácil, requiere una toma de consciencia de las barreras externas y autoimpuestas que tenemos”, dijo Silveira a tiempo de advertir que la calidad de vida de hombres y mujeres no puede concebirse sin una adecuada valorización del trabajo de cuidado como condición para la vida humana y como un derecho que debe ser conciliado en  los espacios familiares y laborales.  

Al finalizar la jornada de capacitación Silveira indicó que favorablemente está emergiendo un nuevo modelo de paternidad y masculinidad  y que ésta es una condición para la transformación de las relaciones sociales.  Así por ejemplo, en algunos países se considera los permisos laborales de los hombres para que destinen al cuidado de sus hijos o de personas adultas, que generalmente se delega a las mujeres.

 

 

 

 

 

 

[1] OIT (2005).” Recomendación 195 de la OIT. Recomendación sobre el desarrollo de los recursos humanos: educación, formación y aprendizaje permanente”. Ginebra, Suiza.