Noticias

Entre agujas e hilos se costuran historias entre madres e hijas

En la carrera de confección textil del Centro de Educación Alternativa de Yacuiba, Departamento de Tarija, rodeadas de hilos, agujas y telas se costuran historias de madres e hijas.  Un ejemplo de ello es de Ramona (madre) y Ruth (hija) quienes cada noche asisten, de siete a diez de la noche, a clases superando las distancias que dicen existen entre generaciones y, mesa por delante, cortan moldes para crean bonitas prendas.

Compartir en:

Categorías

Categorías:

Fecha: 
10 Octubre, 2016

Fuente:

Autor: 
Denisse Hanna Z.

Ramona cuenta que no pudo concluir la escuela pero que ahora su formación en costura es su mayor orgullo a la par de brindarle trabajo e ingresos propios.  Y Ruth, de 16 años, quien recién ingreso al Centro, además de  ayudar a su mami con algunos conocimientos de matemática y otros que se necesitan en este proceso formativo, reconoce que ésta es una herramienta que le permitirá también tener sus propias economías. 

“Yo traje a mi hija para que aprenda y entiende más que yo y también me pueda ayudar en lo que no sé...además el día de mañana también le puede servir”, dice Ramona a tiempo de explicar que actualmente ella costura algunos mandiles que se destinan a un jardín de niños en Pocitos (poblado en la frontera Argentina, cercana a Yacuiba) y que este emprendimiento es uno de los muchos que tiene en mente.

Algunas madres también van con sus hijos pequeños quienes juegan en el patio mientras su madres pasan clases y ellas, también, los usan como maniquíes para cuando se tiene la instrucción de elaborar trajes para pequeños.   Sobre este aspecto la docente Laura López indica que las participantes actualmente realizan uniformes para el kínder del colegio en el cual ocupan algunos ambientes.  Los centros están abiertos a dar estas facilidades para que las madres puedan participar en una carrera técnica.

Una de las estudiantes quien realizó un mandilito para su hijo indica que empezó en la carrera porque le gustaba pero cuando supo costurar para ella y para su familia sintió que este era su camino para encontrar trabajo.

«Aquí estamos pensando en vender y generar recursos para la carrera haciendo uniformes para los otros estudiantes de las carreras que tiene el Centro”, indica López quien reconoce que estas prácticas servirían a las participantes y también mostrarían el trabajo de calidad que se logra.

En otro rincón del aula, otra madre e hija que participan de la clase, conversan sobre los últimos modelos que vieron en una revista e intercambian sobre una próxima prenda que desean realizar. «Los trajes de moda siempre cambian y hay que estar actualizadas”, comenta una de ellas.

Salimos de este salón de clases apreciado los maniquíes, las máquinas, las estanterías y los hilos que utilizan las participantes, pero sobre todo apreciando las relaciones humanas que se hilan cada noche.

El Centro cuenta con siete carreras: mecánica, sistemas computacionales, electrónica,  artesanía, confección textil, gastronomía, belleza integral  con alrededor de 350 alumnos.  El Centro cuenta con el apoyo del proyecto Formación técnica profesional de la Cooperación Suiza en Bolivia.