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La experiencia en el fortalecimiento de la formación técnica en áreas urbanas

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Fecha: 
24 Noviembre, 2017

Fuente:

Autor: 
Claudia Arandia Schmiedl

El desafío asumido por el Consorcio PROCOSI-CEMSE fue trabajar en la mejora de las condiciones de formación técnica profesional en veinte Institutos técnicos/tecnológicos en seis Departamentos: La Paz, Oruro, Cochabamba, Potosí, Chuquisaca y Tarija. Para alcanzar las metas proyectadas, se cuenta con el apoyo de la Cooperación Suiza en Bolivia a través del Proyecto “Fortalecimiento de centros de formación técnica/tecnológica en áreas urbanas”. Durante tres años de intervención se brinda asistencia técnica para fortalecer tanto aspectos organizacionales como pedagógico-curriculares, los cuales permiten coadyuvar en la mejora de la oferta académica y de las posibilidades de acceso al mercado laboral de jóvenes profesionales técnicos, en el marco de la normativa vigente en el país y contribuyendo al  desarrollo del modelo educativo socio comunitario productivo.

El proyecto “Fortalecimiento de centros de formación técnica-tecnológica en áreas urbanas”, ejecutado por el Consorcio PROCOSI-CEMSE, se inicia en un contexto en el  que, la migración campo-ciudad, presiona a los municipios urbanos a brindar mayores oportunidades de formación de calidad y acceso a empleo y autoempleo a jóvenes migrantes que tienen expectativas de mejorar su calidad de vida. En este periodo, se identifica una Población Económicamente Activa (PEA) entre 24 y 65 años de edad sin formación específica para el trabajo,  por lo que la formación técnica profesional se constituye en una alternativa importante para generar profesionales calificados. Sin embargo, según datos del Centro de Estudios y Documentación Latinoamericano (CEDLA), la problemática del empleo juvenil enfrenta situación de informalidad, precariedad, condiciones adversas, bajos salarios y falta de beneficios sociales. Es decir, se tiene 14,5% de jóvenes en situación de desempleo, 55,7% tiene empleos informales, y 7 de cada 10 cuentan con empleos inestables, temporales o eventuales, con ingresos que no alcanzan para la subsistencia*. En el plano educativo, al iniciar el Proyecto, la formación técnica superior se encontraba en proceso de transición hacia el Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo,  situación que fue cambiando durante la intervención ya que el Viceministerio de Educación Superior trabajó en la elaboración de reglamentos específicos para el sector en temas de organización interna y aspectos curriculares principalmente.

El panorama social y educativo descrito anteriormente, marca el inicio del Proyecto con el objetivo de que los Centros de formación técnica-tecnológica en áreas urbanas, fortalezcan sus capacidades para ofrecer una formación adecuada que permita a las y los participantes mejorar su acceso al empleo y autoempleo. Para lograrlo, se brindó a los Institutos acompañamiento técnico en el manejo curricular y de apoyo organizacional para vincular las carreras a demandas del mercado laboral. Se planteó además el trabajo en las siguientes áreas: organizativa-institucional, alianzas y redes, pedagógica-curricular, y de intermediación laboral. Los desafíos se centraron en el desarrollo de capacidades en los Institutos para identificar perfiles ocupacionales y articularse con actores locales, debiendo llegar a 52 carreras con mejoras curriculares, apoyo con equipamiento, infraestructura e insumos a 66 carreras y  la actualización  a 220 docentes en temas de especialidad. Con este marco general de metas establecidas, el proyecto Formación técnica profesional de la Cooperación Suiza en Bolivia desafía a los Institutos técnicos-tecnológicos a trabajar en la mejora de su calidad educativa,  promoviendo el trabajo socioeducativo en un contexto dinámico y de múltiples necesidades.

El proyecto trabajó con veinte Institutos técnicos-tecnológicos de educación superior (14 públicos o de convenio, y 6 privados) desde febrero de 2015 a diciembre de 2017. En este periodo, se implementaron planes de mejora elaborados por cada Instituto para fortalecer: i) la gestión organizativo-institucional, a través de la revisión, actualización de su normativa institucional y adaptación de su estructura organizacional al modelo educativo, desarrollo de capacidades de directivos, clima laboral, entre otros; ii) la gestión  pedagógico-curricular, para trabajar en la incorporación de ejes articuladores vinculados a género, emprendimiento, empleabilidad y gobernabilidad, la revisión e innovación de sus propuestas curriculares y la capacitación docente según especialidades técnicas con las que trabajan; iii) mejoramiento  de la  infraestructura y equipamiento de los Institutos.

La estrategia de intervención implementada por el Consorcio PROCOSI-CEMSE promovió la gestión de alianzas y redes a través de la conformación de seis “redes interinstitucionales” (una en cada Departamento), como instancias de análisis, reflexión, intercambio y trabajo coordinado. De la misma manera, se trabajó en mesas multiactorales como mecanismo de articulación de los Institutos con instituciones, empresas, sectores productivos para dialogar sobre las necesidades de la formación técnica, inserción laboral, necesidades del mercado laboral y la importancia de la corresponsabilidad en educación. Estas mesas multiactorales avanzaron también hacia la sensibilización respecto a la conformación de los Consejos Técnicos Tecnológicos Sociocomunitarios Productivos establecidos en el Reglamento N° 350 para Institutos Técnicos emitido por el Ministerio de Educación. De igual manera, se orientó la instalación de Servicios de Intermediación Laboral y Emprendimiento (SILE) en cada Instituto como instancias de articulación con sectores empresariales e institucionales para la generación de convenios que faciliten la práctica profesional y posible inserción laboral. Otro aspecto fundamental, fue la creación de una plataforma informática para registro de información académica y  de intermediación laboral con el objetivo de proporcionar a los Institutos una herramienta de seguimiento permanente que les permita contar con información pertinente y oportuna.

En la línea de innovación pedagógico-curricular, la vinculación de las carreras con el mercado laboral se inició con la elaboración de 24 perfiles ocupacionales con el apoyo del sector empresarial. Algunas de las competencias planteadas en los perfiles se incorporaron en la formación a través de la elaboración de “Proyectos formativos” que permitieron a las y los docentes coordinar actividades entre diferentes especialidades, responder a problemáticas específicas del contexto e incentivar la formación práctica. Asimismo, se capacitó a docentes en: estrategias didácticas, género, emprendimiento, medio ambiente, temas por especialidad; en total, se llevaron adelante 321 cursos, beneficiando a 568 docentes. Otra estrategia  se basó en la implementación de Círculos de Innovación Curricular (CIC), entendidos como instancias de análisis, reflexión y generación de propuestas educativas que se aplicaron en el desarrollo curricular. De la misma manera, se apoyó con equipamiento e infraestructura a 59 carreras, para mejorar las condiciones de enseñanza-aprendizaje y fomentar el “aprender haciendo”, es decir, el “saber hacer” como competencia importante para el desempeño profesional. Ninguna de estas acciones involucró la participación de autoridades de educación.

La experiencia en el proyecto permitió generar una serie de aprendizajes importantes que permiten sostener que la formación técnica-profesional requiere trabajo comprometido y articulado entre diferentes sectores: Educación – Producción – Empleo, para que puedan llevarse a la práctica los lineamientos establecidos en el Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo. Por este motivo, es importante continuar fortaleciendo las capacidades de los Institutos de educación superior para articularse con multiactores locales que puedan asumir corresponsablemente el reto de una educación técnica-tecnológica productiva. Sin duda, otro importante aprendizaje es el trabajo coordinado con autoridades del Ministerio de Educación, de manera las intervenciones contribuyen más efectivamente en la implementación de políticas educativas. En formación técnica superior, las necesidades de actualización de docentes son muchas y variadas por lo que es necesario buscar alternativas de capacitación para que los docentes, ávidos de adquirir nuevos conocimientos, puedan acceder a cursos actuales vinculados al avance de la ciencia y la tecnología.

A manera de conclusión, el trabajo en la mejora de la calidad educativa debe ser un reto permanente que permita avanzar en la articulación de la formación técnica y la demanda del contexto y mercado laboral. Por esta razón, el proceso educativo debe ser dinámico, construirse y reconstruirse ágilmente para que los nuevos profesionales aporten en el crecimiento y desarrollo del país. Este proceso dinámico requiere también de docentes e instituciones de formación con conocimientos y capacidades actualizadas constantemente, docentes creativos, innovadores en su práctica educativa. El desafío es también la generación de corresponsabilidad de sectores productivos y empresariales hacia la formación técnica-profesional, comprometiéndose a propiciar espacios y/o recursos para la práctica profesional tanto de estudiantes como de docentes. Debe trabajarse para que la formación técnica-profesional sea considerada como una alternativa importante de profesionalización, otorgando mayor valoración a profesionales técnicos que aportan con habilidades y conocimientos prácticos en las áreas productivas, en la industria y en todo ámbito laboral.

*Fuente: http://www.paginasiete.bo/economia/2015/5/1/jovenes-victimas-desempleo-t...